«Misteriosa gripe mata a 6 personas en un Área Tributal» así comenzaba la noticia en en diario de Albuquereque en el estado de Nuevo Mexico, Estados Unidos, el 27 de Mayo del año 1993. La noticia había surgido dos semanas antes, cuándo un jóven de 19 años fue llevado a urgencias al Céntro Médico Indígena de Gallup y posteriormente había muerto por síndrome cardiopulmonar a pesar de los intentos de reanimación.
A principios del siglo XX en Rusia, Corea y Japón se conocía una infección que producía fiebre, hemorragias y nefritis y se le dio nombres diferentes en distintas áreas geográficas, pero en la década los 1950s se llegó al consenso de llamarlas Fiebre Hemorrágica Epidémica.
Esta infección alcanzó mayor notoriedad en occidente cuando durante la guerra de Corea en los años 1950s más de 3000 soldados de Estados Unidos de América y de las Naciones Unidas sufrieron la enfermedad. En ese momento, la naturaleza infecciosa y zoonótica de la enfermedad ya estaba establecida, pero la causa y el modo de transmisión permanecieron esquivos hasta 1976, cuando el científico coreano Ho Wang Lee junto al virólogo Dr. Karl McKibben Johnson descubrieron el virus en los pulmones de ratones de campo (Apodemus agrarius) y confirmó el vínculo entre la infección en ratones y la enfermedad en humanos.
El virus descubierto en Corea se denominó virus Hantaan en referencia al río Hanta que corre a lo largo del paralelo 38 de la península de Corea, región donde se describieron los primeros casos. Un enfoque similar se siguió en Finlandia, lo que condujo en 1980 al descubrimiento del virus Puumala en el topillo rojo (Myodes glareolus) asociado a nefropatía epidémica. En 1982, HW Lee identificó un segundo virus asociado con la enfermedad en Corea, al que llamó virus Seoul y cuyo reservorio natural es el guarén o rata parda (Rattus norvergicus) dado que este ratón tiene distribución urbana en todo el mundo, este virus también puede contagiarse en todos los continentes. A estos descubrimientos le siguió la identificación de otros hantavirus que causan la enfermedad en humanos en toda Eurasia. En 1982 la Organización Mundial de la Salud unificó el nombre de la enfermedad como Fiebre Hemorrágica con Síndrome Renal (FHSR) (OMS, 1985).
Los primeros casos de infección por hantavirus en el continente americano fueron identificados en 1993 en la región de Four Corners, en el sur oeste de Estados Unidos, Estados Unidos, su nombre deriva de la intersección de cuatro estados: Utah, Colorado, Arizona y New México.
En esta zona la enfermedad se manifestó en forma diferente. Se conocieron inicialmente dos casos de jóvenes nativos americanos y la infección se caracterizó por tener un compromiso severo del pulmón y del corazón; luego se confirmó con casos posteriores que el virus en América evolucionaba con insuficiencia respiratoria y shock cardiovascular, con alta mortalidad (síndrome cardio pulmonar por hantavirus = HCPS). Los estudios de estos casos llevaron al descubrimiento de un hantavirus diferente a los de Europa y Asia y se le denominó virus Sin Nombre, cuyo reservorio en la naturaleza es el Deer mouse (Peromyscus maniculatus). Desde entonces se han identificado muchos hantavirus en el continente americano que causan SCPH.
En Chile, el primer caso se diagnosticó en 1995 en Cochamó, X Región. Tras una serie de estudios, se estableció que este caso se debía a un hantavirus denominado Andes, previamente descubierto en el Bolsón, Argentina. En nuestro país se registran entre 40 y 60 casos anuales del síndrome cardiopulmonar por hantavirus, la mayoría de los cuales ocurren en hombres jóvenes o de mediana edad. Los habitantes rurales, así como los trabajadores agrícolas y forestales, son los más expuestos a contraer la enfermedad. Desde el conocimiento de esta enfermedad, en Chile se han diagnosticado más de 1000 casos, con una letalidad promedio del 35%.
Se estima que los hantavirus existen hace miles de años y que han co-evolucionado con diversas especies de roedores. El hecho de que los casos humanos hayan sido reconocidos sólo recientemente puede deberse a que las enfermedades que causa aun no eran reconocidas y por otro lado factores antropólógicos y medioambientales que han aumentado su incidencia.
El conocimiento indígena Navajo muestra una visión y familiarización los la naturaleza y su entorno, ellos conocían este virus, pues en su tradición oral de cientos de años establecen dos directrices: Atención donde pones la nariz y el aire que respiras y, por otra parte, nunca «desordenar» el hábitat de los roedores porque estos, en represalia, contagiarán una infección grave. Además recomendaban quemar la ropa contaminada por roedores y enfatizaban en guardar los alimentos sellador para restringir el acceso y la contaminación de los roedores.
Se ha recorrido un largo camino para descubrir los hantavirus que se conocen en el mundo y establecer las características de las enfermedades que pueden causar.
A principios del siglo XX en Rusia, Corea y Japón se conocía una infección que producía fiebre, hemorragias y nefritis y se le dio nombres diferentes en distintas áreas geográficas, pero en la década los 1950s se llegó al consenso de llamarlas Fiebre Hemorrágica Epidémica.
Esta infección alcanzó mayor notoriedad en occidente cuando durante la guerra de Corea en los años 1950s más de 3000 soldados de Estados Unidos de América y de las Naciones Unidas sufrieron la enfermedad. En ese momento, la naturaleza infecciosa y zoonótica de la enfermedad ya estaba establecida, pero la causa y el modo de transmisión permanecieron esquivos hasta 1976, cuando el científico coreano Ho Wang Lee junto al virólogo Dr. Karl McKibben Johnson descubrieron el virus en los pulmones de ratones de campo (Apodemus agrarius) y confirmó el vínculo entre la infección en ratones y la enfermedad en humanos.
El virus descubierto en Corea se denominó virus Hantan en referencia al río Hantan que corre a lo largo del paralelo 38 de la península de Corea, región donde se describieron los primeros casos. Un enfoque similar se siguió en Finlandia, lo que condujo en 1980 al descubrimiento del virus Puumala en el topillo rojo (Myodes glareolus) asociado a nefropatía epidémica. En 1982, HW Lee identificó un segundo virus asociado con la enfermedad en Corea, al que llamó virus Seoul y cuyo reservorio natural es el guarén o rata parda (Rattus norvergicus) dado que este ratón tiene distribución urbana en todo el mundo, este virus también puede contagiarse en todos los continentes. A estos descubrimientos le siguió la identificación de otros hantavirus que causan la enfermedad en humanos en toda Eurasia. En 1982 la Organización Mundial de la Salud unificó el nombre de la enfermedad como Fiebre Hemorrágica con Síndrome Renal (FHSR) (OMS, 1985).
Los primeros casos de infección por hantavirus en el continente americano fueron identificados en 1993 en la región de Four Corners, en el sur oeste de Estados Unidos, su nombre deriva de la intersección de cuatro estados: Utah, Colorado, Arizona y New México.
En esta zona la enfermedad se manifestó en forma diferente. Se conocieron inicialmente dos casos de jóvenes nativos americanos y la infección se caracterizó por tener un compromiso severo del pulmón y del corazón; luego se confirmó con casos posteriores que el virus en América evolucionaba con insuficiencia respiratoria y shock cardiovascular, con alta mortalidad (síndrome cardio pulmonar por hantavirus = HCPS). Los estudios de estos casos llevaron al descubrimiento de un hantavirus diferente a los de Europa y Asia y se le denominó virus Sin Nombre, cuyo reservorio en la naturaleza es el Deer mouse (Peromyscus maniculatus). Desde entonces se han identificado muchos hantavirus en el continente americano que causan SCPH.
En Chile, el primer caso se diagnosticó en 1995 en Cochamó, X Región. Tras una serie de estudios, se estableció que este caso se debía a un hantavirus denominado Andes, previamente descubierto en el Bolsón, Argentina. En nuestro país se registran entre 40 y 60 casos anuales del síndrome cardiopulmonar por hantavirus, la mayoría de los cuales ocurren en hombres jóvenes o de mediana edad. Los habitantes rurales, así como los trabajadores agrícolas y forestales, son los más expuestos a contraer la enfermedad. Desde el conocimiento de esta enfermedad, en Chile se han diagnosticado más de 1000 casos, con una letalidad promedio del 35%.
Se estima que los hantavirus existen hace miles de años y que han co-evolucionado con diversas especies de roedores. El hecho de que los casos humanos hayan sido reconocidos sólo recientemente puede deberse a que las enfermedades que causa aun no eran reconocidas y por otro lado factores antropólógicos y medioambientales que han aumentado su incidencia.
El conocimiento indígena Navajo muestra una visión y familiarización los la naturaleza y su entorno, ellos conocían este virus, pues en su tradición oral de cientos de años establecen dos directrices: Atención donde pones la nariz y el aire que respiras y, por otra parte, nunca «desordenar» el hábitat de los roedores porque estos, en represalia, contagiarán una infección grave. Además recomendaban quemar la ropa contaminada por roedores y enfatizaban en guardar los alimentos sellador para restringir el acceso y la contaminación de los roedores.
Si quieres leer más sobre cómo el conocimiento de la cultura Navaja ayudó a resolver el brote de hantavirus, puedes visitar el siguiente link:
Reportaje del noticiero del canal La Red en Chile que muestra el aumento de la población de ratones en la Región de Aysén durante el año 2011 debido al florecimiento de la Quila.